I
Pasaste y no te vi
ni me viste al cruzarme
Gritaste y no te oí
ni me oíste llamarte
Solos o no solos
esperé y esperaste
II
Pensaste en mi y te pensé
Te imaginé tal cual tú eres
de forma tal que con apenas verte...
no vacilaría
O si luego de pensarme tal como soy
me hubieras visto...
¿Acaso dudas?
Sobrarían las palabras
compartiríamos secretos de inmediato
y aquí no estaría yo hablando solo
ni tú quien sabe dónde
detectando mis susurros en el aire
III
Me amaron amaste te amaron amé
Y siempre nos faltaba eso
que fueras vos y que yo fuese
simplemente
que fuéramos
que fuésemos
IV
Caminé destinado a desconocer
a esa mujer a mí predestinada
a no conocerme
como estabas...
Buscándome mientras yo no te hallaba
Solos o no solos
Yo diciendo a una y otra: –No eres tú
Y por otra calle comprobabas
que cada uno de ellos
no era yo
V
Mis ojos te han vislumbrado en su entelequia
y tal vez te conozcan más que tú misma
Inútiles han sido los espejos
y no sé cómo soy
pues jamás me he contemplado en tu mirada
VI
En adecuada forma
se tiene persistente la esperanza...
Puesto que a ti se asemejaban
aspiraba creer que al fin serías
Y por ser parecidos a tu idea
aguardabas que aquellos fueran yo
Entonces el tiempo era cuantioso
y el fuego y la soledad y extrañarnos...
Mucho, tanto, siempre
VII
Desesperaba añorando
y pensé: ¡Aun no ha nacido!
Solo o no solo
Me dije también, yéndose el tiempo:
si no ha nacido aun, ya no hay remedio
Mas en el aire andaba tu perfume
y valoré su vuelo a mis entornos
como aquello de ti que he aceptado de otras
Por eso amaste en ellos
lo agradable de mí
VIII
Si el destino no fuera tan ingrato
y te trajera aunque fuese ante mi muerte
O me llevara a ti
aquél ultimo día de espera infructuosa...
Podría yo perdonarlo
y hasta no reprocharle
al destino
No habernos puesto cara a cara anteriormente
IX
¡Te habría amado tanto!
estoy seguro
¡Tanto me habrías amado!
Que dudaríamos cupiera esa inmensa alegría
en un sólo mundo
en un único instante
Y hasta se hace incomprensible
Imaginarlo
X
Pero hoy noche tal vez ya sea tarde
eso tememos
y quizás te seduzca la muerte
mintiendo que el muerto soy yo
Y dejemos de esperar...
Solos o no solos.
Pues nos devora la entropía
vamos muriendo
y nos estamos resignando
XI
Llenándonos de ausencia las horas fugaron
Solos o no solos
felices o no tanto
Seguiremos acechando el horizonte
mientras nuestras almas nos intuyan...
En tanto mantengamos en los ojos
tendencia al presagio...
Y siempre que los corazones acompasen
solos o no solos
cada uno los latidos del otro
XII
Aunque esta realidad tan intensa y aleve
nos intime a disgregar el sueño
tal vez podamos
así, tan separadamente juntos
solos o no solos
rechazar la certeza inapelable
que deja sin sentido a tanta espera.
Del poemario “Amor desamorado” © 1992 Félix Acosta Fitipaldi
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