15 de diciembre de 2008

Estaré con el perro


Hay días perros. Luego de pasar una noche de perros salimos y afuera el aire huele a perros. La gente camina con cara de perro y nosotros miramos los árboles con melancolía y corremos el ómnibus. Sabemos que puede ser un gran día y hacemos todo por imaginarlo así, pero sabemos que ese “en parte” que depende de nosotros es muy exiguo y se tiñe de gris.

Ese día perro no nos queremos. Menos queremos a los responsables de que el mundo sea una cucha de perros y no todos los perros tengan su hueso diario. Ese día no queremos darle nada a la humanidad y sentimos un profundo respeto impregnado de cariño por los perros.

Bueno, el poema que adjunto lo ladré un día especial para perros melancólicos. Salió de una motivado por mi desazón, la falta de estímulos, la apatía. Luego, aunque ni pensaba en subirlo al blog, se me dio por ilustrarlo.

Tras una breve decapitación photoshopera verme ahí, con cara de perro, en medio del incendio de mi humilde basamento cultural, me dio gracia. Y aunque era una gracia perra y muy perruna moví la cola con entusiasmo.

Entonces pensé en que de nada me servía emperrarme y dejar de compartir mi casa pobre, acaso debido a que la alternativa de encender la TV o mirar la luna no me seduce ni un tantito así. No supe qué hacer con ese poema, penumbra de un soplo de renuncia perrunamente escrito.

Hasta entender que lo mejor era subirlo, dar vuelta la página y acostarme en la exacta vuelta de perro.

Es posible que si fuese lo mejor, pero sólo para mí; así que teniendo en cuenta los miles de lectores que llegan religiosamente cada día a la Tapera cromática es de suponer que alguno de ellos se sentirá identificado: ese será el ganador de un premio estímulo a definir (de momento sólo hay disponibles galletas para perros)

En definitiva, parece que seguiré por aquí pues la cerveza últimamente no me cae muy bien, y mi perro nunca pudo jactarse de mi dedicación y mi cariño (acaso se entienda esto luego de leer el poema.)

Resulta que el supuesto poema de marras es el siguiente:



Estaré con mi perro



¿Para qué escribir una historia más?

¿Qué meta misteriosa aun se vislumbra?

Ninguna

Nada

Es inútil continuar asoleando fantasmas

Que nadie ve

Que nadie escucha

Que ya ni me consuelan

He de cerrar las puertas de mi hangar hollywoodense

Esa casa sin techo ni puertas

donde a veces construyendo quimeras fui feliz en soledad...

O al menos creí serlo

cual niño jugando al paladín del espacio

mientras balas reales arañan su cabeza.

Dejaré sin punta mi lápiz

sin corriente mi PC

sin abrir la ventana por donde entraban los latidos del mundo

y el rumor de otras voces (éstas sí contundentes y armoniosas)

Espantaré bien lejos esas musas torpes y mediocres

que osaran mentirme alguna vez

conque sus cantos portaban gloria.

Haré de mi museo un páramo vacío

y allí donde conservo kilómetros de texto anodino

reinará la humedad, el moho, las arañas

y si no lo purifica el fuego

útil será el papel para las ratas.

No habrá una sola frase explicando tanta letra vana

ni mota de polvo indicando que existí...

pues no lo supe hacer.

Dedicaré el futuro a sentarme en el patio

A tomar cerveza

A fumar pese a mil intentos de no hacerlo más

y sentir el peso del reproche del médico.

A rozar con mi mano sin lápiz el lomo del perro

y al sentir su satisfacción comentarle:

-Tu fortuna es no saber leer

¡Ya te hubiera fastidiado entonces con mis frases!

Él moverá la cola agradecido

y habrá comunicación.

En ese instante no seremos ni humanos ni perros

sino circunstancias abandonadas en polvo aglutinado.

Si algún lejano amigo de aquellas veladas inmensas

cuando el cosmos todo parecía apoyarse en nuestros folios

llegara con su afecto y su curiosidad...

Tú sólo dile que el escritor no está

que la decepción todo se ha llevado

y allí, junto a las ruinas de sus sueños

apenas queda un hombre con su perro.





Es indudable que como en la ilustración me he visto, quemando algo más que mis poemas y mis cuentos. Y algo de eso hay en todo esto, adjuntar un serio poema de total subjetividad, en medio de prosa liviana con mal logradas pretenciones de humor es inflamable... No importa, ya me habían dicho: aunque no te va a gustar todo es inflamable. (Si, claro, también alguno podría decir que pese a ello mejor no echar leña al fuego)

Como curiosidad agregaría que esto ocurrió hace seis días, y desde entonces (cruzo los dedos) no he tenido otro día perro.



Agradezco a Internet por el perro prestado. El mío es negro y justo ese día estuvo entretenido cazando gatos en el fondo hasta que los gatos cazaron al perro. También a la fábrica de fósforos Derrota y la librería Reichstag por el apoyo logístico y, como dicen los grandes astros de la TV y sus adyacencias, a todos los que quieren a los perros.


http://jolibud.bubok.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión importa, gracias por detenerte a realizarlo.