
El hombre perfecto se casó con la mujer perfecta. Tuvieron un hijo imperfecto que contrajo enlace con una mujer imperfecta. Éstos engendraron un hijo normal que luego se uniría en matrimonio con una mujer normal. Su hijo nació loco y con la loca de la que se enamoró deliraron un hijo genio. El genio no tuvo el mínimo problema en hallar una genia con la cual casarse, y pronto concibieron un hijo imbécil. Aquél era tan imbécil que sólo por casualidad se topó con una mujer imbécil. Ambos tendrían un hijo imposible que dedicaría su vida en buscar una mujer imposible. Eran tan ancianos cuando se encontraron que apenas pudieron engendrar un dios. Luego vinimos nosotros.